El rostrum era un espolón que era letal en batallas navales.
Era una pieza de bronce que podía llegar a pesar unos 100kg. Se acoplaba en la
proa del barco por debajo de la línea de flotación. Se trataba de maniobrar el
barco para que estuviera en perpendicular al barco enemigo y se procedía a
embestirlo, provocando destrozos con el consiguiente hundimiento. También se
podía embestir la popa del barco. Otra táctica era acercarse lateralmente y
destrozar los remos del barco enemigo.
El cónsul Cayo Menio en 338 a.C., después de derrotar la flota de los Volscos, ordenó desmontar los espolones de sus barcos y de llevarlos a Roma, donde se colocaron en la tribuna del Foro. De allí el nombre de la tribuna: rostra (plural de rostrum)