A pesar de la creencia general, las esculturas de la
antigüedad no eran blancas, es decir del color del mármol, sino que eran
pintadas de colores, y a veces de colores chillones.
El “redescubrimiento” de las esculturas griegas y romanas,
cuando, 600 años después, ya habían perdido los pigmentos que en su momento
cubrían las mismas, hizo que se tomara como ejemplo el color blanco del mármol.
Sin embargo van apareciendo, aquí y allí, restos de pinturas
en columnas y esculturas de época antigua.
En un reciente viaje por Andalucía he podido apreciarlo.
En una columna romana (que pueden ver en las fotos de abajo) expuesta en el Museo Arqueológica Municipal de
Carmona (Sevilla) pude comprobar como quedaban restos claros del color azul en
dicha columna.
Igualmente, en el Museo de Cádiz, vi una escultura cuya toga seguía mostrando perfectamente un color azul. Se ve claramente en las fotos más abajo-