Artículo de Angel Robles publicado el 20 de marzo 2022 en
“El Día de Córdoba”
En concreto, se trata de una necrópolis de cremación
romana que estaría vinculada a las primeras fases de
ocupación de la citada villa y de la que hasta ahora no se conocía su
ubicación. Con el paso de los años, dio lugar a la gran necrópolis de
inhumación de los siglos IV al VII que sí ha sido excavada en diferentes
momentos aunque, como advierten los arqueólogos, aún no se encuentra
agotada.
Como ha ocurrido en ocasiones anteriores, el hallazgo
arqueológico se ha producido con motivo de las obras que el Ayuntamiento
almedinillense realiza desde comienzos del mes de marzo en el entorno del
albergue y el centro de formación para acondicionar un parking
para autocaravanas. Cuando la máquina excavadora ensanchó el
cauce del barranco que delimita la propiedad por el lado Sur para su mejor
drenaje, comenzó a extraer restos constructivos romanos, como ladrillos y
fragmentos cerámicos que los arqueólogos consideraron “basureros”. Pero, al
continuar las máquinas, descubrieron lo que parecía una tumba.
El hallazgo de este primer enterramiento, a una
profundidad de 1,70 metros de la superficie, hizo paralizar los trabajos. Según
explica en su informe el responsable del Museo Histórico de Almedinilla, el
arqueólogo Ignacio Muñiz, para verificar si era un hallazgo aislado o formaba
parte de una necrópolis completa se hizo un seguimiento “cuidadoso” de la
explanación que llevaba a cabo la máquina excavadora. Esto permitió comprobar
que, en efecto, se trataba de una necrópolis de la que se identificaron inicialmente
cerca de 60 puntos con la hipótesis de que se trata de “tumbas de cremación”.
A partir de aquí se propuso al Ayuntamiento crear una
zona de reserva arqueológica, cubriendo los restos con una capa de tierra de 40
centímetros a la espera de una excavación en detalle, con los medios
suficientes y con las pertinentes autorizaciones de la Delegación de Cultura.
Hasta que llegue ese momento, las obras municipales en la zona delimitada
quedan paralizadas.
Esta superficie, sin protección arqueológica, se encuentra
aledaña al Bien de Interés Cultural (BIC) de la villa romana de El Ruedo y, de
acuerdo a la memoria firmada por Muñiz, “es muy probable” que continúe en las
fincas aledañas y que parte de ella se encuentre en el espacio protegido del
entorno BIC. De acuerdo a las primeras estimaciones, se trataría de una
necrópolis romana fechada entre el siglo I y IV y es
posible que, debido a la “pobreza extrema” de materiales,
corresponda al lugar de enterramiento de esclavos y trabajadores.
De hecho, el arqueólogo explica que la pobreza en las
estructuras y en los materiales recuerda a otra necrópolis “muy pobre” ya
exhumada en Almedinilla en el paraje de Las Esperillas, asociada a un pequeño
poblamiento rural. En todo caso, el hallazgo “va a permitir conocer
mejor las primeras fases de colonización agrícola romana y
las condiciones de vida de los trabajadores”, que en la mayor parte de las
ocasiones no se puede documentar “por la fragilidad de los restos que dejaron
en la vida y en la muerte”.
En la tumba que las máquinas dañaron, los arqueólogos
pudieron reconstruir una estructura “muy frágil” compuesta de fragmentos
de tegulae, dolia y piedras de pequeño tamaño
que, a manera de túmulo, cubría un estrato de carbones y huesos. El informe
concluye que se trata de un enterramiento de cremación y que o bien las
arcillas naturales del terreno no han facilitado la conservación de huesos y
grandes fragmentos cerámicos o bien los huesos eran triturados después de la
cremación. En otra tumba, identificada con el número 5, sí se han logrado
recuperar los restos de una urna “muy fragmentada” con carbones y algunos
huesos.”