Detalle de los sedimentos analizados en la zona del porticus del teatro romano
Artículo de Alvaro López
publicado en “Eldiario.es” el 8 de marzo de 2024.
“Los restos arqueológicos siempre nos cuentan algo sobre nuestro pasado.
Cómo vivíamos, cómo éramos, en quién creíamos o de qué forma nos
relacionábamos, pero también pueden revelarnos vestigios que no son fáciles de
datar, pero que tienen un valor histórico y actual. Eso es justo lo que ha
pasado con los restos del Teatro Romano de Guadix, en la provincia de Granada.
Una investigación del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha
encontrado una suerte de “archivo climático” o mapa de los bruscos giros
meteorológicos que permiten conocer, con precisión, las grandes inundaciones
sucedidas desde el siglo I y que pueden tener eco en la actualidad por los paralelismos que hay entre las diferentes
épocas. Pistas escondidas en el subsuelo accitano durante 2.000 años.
Las
conclusiones de los trabajos, que se realizaron en tres sesiones entre los años
2018, 2019 y 2021 y que han contado con una inversión de apenas 6.000 euros, se
han publicado en la revista
científica Global and Planetary Change. El equipo, liderado por
le investigador del IGME, Andrés Díez, ha podido encontrar hasta tres graves
inundaciones que pueden explicar los cambios climáticos ocurridos en Guadix -y
por extensión en la zona mediterránea-. Tres episodios que, de paso, plantean
el debate de hasta qué punto nuestros mapas de inundaciones son correctos.
Díez argumenta que “los mapas
que poseemos se basan en las aguas limpias -es decir, en las de los ríos-”.
Cuando estos se desbordan, los modelos realizados por ordenador dibujan las
zonas que se verían afectadas en caso de que el arroyo superase los niveles
normales. “Pero nuestra investigación nos permite ver que, por ejemplo, el
Teatro Romano de Guadix no está en un área inundable”. La infraestructura,
levantada alrededor del año 25, se encuentra entre el río Guadix y la rambla de
Almorejo, pero no corre riesgo, según los
modelos, de inundarse. Pero la realidad, datada en sus
vestigios, desvela lo contrario.
Los tres investigadores del IGME CSIC junto al registro sedimentario del teatro romano
Que se sepa, por los restos que
el grupo de arqueólogos que trabaja en el teatro desde 2007, liderados por
Antonio López, han obtenido y que Díez y su equipo han cotejado, hubo al menos
tres desbordamientos severos de uno de los dos cauces o de ambos. “Lo
extraordinario es que hemos comprobado que la inundación arrastró más
sedimentos que agua”.
La comprobación se realizó
mediante un estudio estratigráfico detallado de los depósitos sedimentarios en
y alrededor del Teatro Romano. De ese modo, se analizaron las capas de
sedimentos en busca de cambios bruscos, discontinuidades y la presencia de materiales
que pudieran indicar eventos catastróficos, como inundaciones.
Después, la
comprobación de las épocas a las que correspondía cada inundación se realizó
por tres vías: restos de materiales, datación de Carbono 14 y luminiscencia
óptica. “Entre los materiales que pudimos encontrar estaban tejas romanas,
fragmentos de utensilios y monedas del emperador Nerva, que sólo gobernó Roma
durante un año por lo que podemos precisar bastante el periodo en el que
ocurrió”.
Después, se cotejaron las
maderas que arrastró la inundación con la prueba del Carbono 14 y finalmente a
través de la luminiscencia óptica pudieron saber la última exposición al sol de
cada grano de cuarzo presente en la arena. “Por los datos recogidos, sabemos
que hubo dos inundaciones seguidas probablemente durante la construcción del
teatro”, apunta Díez.
Las pistas de los restos
también desvelan que a finales del siglo XII, cuando los almohades utilizaban
los vestigios del viejo teatro para hacer sus propias construcciones, otro
evento catastrófico por las fuertes lluvias se quedó registrado en el subsuelo
que desde 2007 está saliendo a la luz en Guadix. En ambos periodos, con mil
años de diferencia, existen sin embargo distintos paralelismos que incluso
tienen eco en la actualidad y que pueden servir como guía y aviso para el
futuro más inmediato.
Durante el análisis
palinológico, se descubrió que la vegetación durante los periodos de
inundación, especialmente en la época romana, era muy similar a la vegetación
actual en Guadix. “Se trataba de un clima propio de zonas del Mediterráneo
semiárido, como es ahora mismo todo ese entorno”, apunta Díez.
Es decir, las condiciones climáticas, incluyendo la temperatura y las
precipitaciones, podrían haber sido comparables entre las épocas estudiadas. Y
no solo eso, sino que el polen también nos arroja pistas al respecto de qué
pasó y qué puede estar pasando ahora.
“La vegetación
en la época romana era típica de una región mediterránea similar a la
vegetación actual de Guadix”. Los estragos causados por las riadas han dejado
su huella, destruyendo y alterando estructuras, lo que subraya la importancia
de comprender y prepararse para eventos catastróficos. “Es oportuno revisar los
mapas para saber dónde ubicar aquellas infraestructuras que son necesarias en
este tipo de emergencias. Yo querría saber dónde poner un hospital o la
estación de bomberos sin basarme en las aguas limpias de los últimos 500 años,
sino en lo que ya ha ocurrido y tenemos documentado”, afirma el investigador
del IGME.
En definitiva, Guadix, a través
de los vestigios del Teatro Romano, nos ofrece una ventana única para entender
nuestro pasado y prepararnos para el futuro. La investigación liderada por
Andrés Díez desentraña los misterios enterrados en los sedimentos, recordándonos
que la historia puede ser la clave para enfrentar los desafíos contemporáneos.”
S.P.Q.R.: El teatro romano de Guadix (Granada) (cesardivino.blogspot.com)