Fotos de vestigios de la Antigua Roma, tomadas en distintos lugares (ciudades, yacimientos arqueológicos, museos, etc.). También información sobre lo que se viene publicando al respecto.

miércoles, 22 de julio de 2020

El viaje de Tito Quintio a Torre Pacheco (Murcia)



Artículo de S. SÁNCHEZ, publicado hoy Miércoles 22 julio 2020 en el periódico “La Verdad”.

“En el vestíbulo del Ayuntamiento de Torre Pacheco puede verse durante las próximas semanas una placa con la inscripción funeraria de un ciudadano de la Roma Imperial, Tito Quintio Crispino. Como esa, se han hallado decenas en los numerosos yacimientos arqueológicos excavados durante los siglos XX y XXI en Cartagena y su área de influencia. Sin embargo, la lápida de Quintio, según las investigaciones del arqueólogo pachequero Federico Fuentes, no correspondería a un ciudadano cualquiera, sino a un prominente patricio de Cartago Nova, descendiente de una 'gens' (agrupación de familias influyentes) de la mismísima Roma.
Fuentes sostiene que la onomástica de Tito Quintio Crispino «podría estar relacionada con una de las ramas familiares de la antigua y conocida 'gens' Quinctia, uno de cuyos representantes más importantes fue el cónsul Tito Quintio Flaminio, vencedor de la batalla de Cinoscéfalos», en la guerra para la anexión de Macedonia al imperio. Puesto que durante la época romana no se tiene constancia de importantes asentamientos, a excepción del yacimiento arqueológico Casa Fontes, en lo que hoy es Torre Pacheco, el arqueólogo cree que Quintio Crispino pudo ser un relevante patricio en Cartago Nova.
Pero si interesante es la procedencia del insigne ciudadano de Cartago Nova, no lo es menos el del periplo de la placa hasta llegar a manos del investigador pachequero. La inscripción, grabada en una caliza micrítica local de 44x60x24 centímetros, como tantísimos elementos arquitectónicos y ornamentales de Cartago Nova, se encuentra en buen estado de conservación.
Su hallazgo data de 1971, cuando se derribó la iglesia primitiva de Torre Pacheco (1607). En lugar de llevarla a cualquier escombrera, por su singularidad, el párroco decidió custodiarla. En el año 2000, cuando se arreglaron los jardines de la plaza de la iglesia, los empleados municipales decidieron utilizarla como motivo ornamental. Y fue en aquellos años cuando Federico Fuentes, observando día tras día la peculiaridad de aquella inscripción porque la veía desde su casa, se decidió a pedir su extracción del jardín para estudiarla.
Tras años de intenso trabajo, junto con el catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, Rafael González Fernández, llegó a la conclusión de que la placa procede, probablemente, de la necrópolis (cementerio) de Torreciega (Cartagena). Como material de derribo pudo llegar a Torre Pacheco para la construcción de la iglesia. Sin embargo, no fue empleada como relleno, sino como sillar en una de las paredes del edificio. Hoy ya no será reciclada para ninguna otra edificación, sino que formará parte del patrimonio arqueológico de la Región."


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