Artículo de Juan F. Robles, publicado en el periódico “La Verdad” de Murcia, publicado el 8 de noviembre 2020.
Las
directoras de la excavación, Juana María Marín y María Belén Sánchez, han
contado con la colaboración de otras dos arqueólogas, María Jesús Sánchez y Ana
Isabel García, y con el asesoramiento científico del arqueólogo municipal,
Francisco Brotóns. Los trabajos arqueológicos de campo han durado más de un año
y se ha contado con un equipo multidisciplinar formado por diez peones y otros
profesionales y especialistas universitarios. Marín y Sánchez explican que «el
molino ha quedado protegido y cubierto por debajo de las nuevas instalaciones
como mejor modo de conservación para los restos, tras el estudio de viabilidad
por parte de la Dirección General de Bienes Culturales, el Servicio Municipal
de Arqueología y la dirección técnica de la excavación, no sin antes haber
procedido a la realización de una reconstrucción virtual en 3D que permite la
visualización completa del yacimiento, una documentación fotogramétrica en
detalle, un vídeo de recreación histórica y diversos análisis que nos ayudarán
a completar el estudio del molino».
Los hallazgos corresponden
a diferentes épocas. Los más antiguos son de época ibérica y aparecieron en la
parte más próxima a la carretera de Granada; se trata de varias fosas excavadas
en el subsuelo. En la zona opuesta apareció una necrópolis bajoimperial con 16
tumbas alineadas en batería, de las cuales se excavaron la mitad, dejando el
resto para reserva arqueológica. Al sudeste del solar se encontraron varios
silos de almacenamiento y fosas de desecho de época medieval fechadas entre los
siglos VII y XIII.
«Pero, sin duda», afirman
las directoras de la excavación, «los restos más importantes son los del molino
hidráulico de época romana, una instalación única que cruza en dirección
noroeste-sudeste todo el solar».
Este molino romano es el
primero que se ha excavado y documentado en la península ibérica, y conserva
todos sus elementos estructurales: el canal de alimentación, la caja de la
noria, el pozo de los engranajes que albergaba la maquinaria, los canales de
evacuación de aguas y dos edificios que daban servicio a toda la actividad de
molienda. Marín y Sánchez precisan que «la presencia de este molino, junto a
más de una decena de restos romanos documentados en las proximidades del río
Argos, como la almazara de la Fuente de la Teja, los restos de Santa Inés y
Casa Aroca, confirman un importante poblamiento en esta época. Es sin duda un
hallazgo excepcional a nivel arqueológico, que sitúa a Caravaca de la Cruz en
primera línea de la investigación sobre molinos hidráulicos en el Imperio
Romano; tal es su importancia que ha sido visitado, en calidad técnica, por
especialistas de la talla del doctor Robert Spain, del Imperial College de
Londres, toda una autoridad gracias a sus valiosas investigaciones sobre
molinería hidráulica romana en toda Europa».
Divulgación
Tras las labores de campo,
ya se han iniciado los trabajos de laboratorio, que consisten en el lavado y
estudio de los materiales recuperados durante la excavación, la preparación de
muestras para análisis de carbono-14, estudios palinológicos y de
carbonataciones, y procesamiento y digitalización de la abundante documentación
recogida. «Con todos estos trabajos», informan, «y el estudio de la
bibliografía sobre ingeniería hidráulica romana del resto de Europa, daremos
explicación al funcionamiento del molino y determinaremos con mayor precisión
su contexto histórico y arqueológico en Caravaca de la Cruz; con este trabajo
no solo pretendemos llegar a ámbitos científicos, sino que nos hemos marcado
también como objetivo su difusión a nivel general, dando a conocer de una forma
más didáctica cómo era la vida cotidiana de la Caravaca romana».”
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