Fotos de vestigios de la Antigua Roma, tomadas en distintos lugares (ciudades, yacimientos arqueológicos, museos, etc.). También información sobre lo que se viene publicando al respecto.

miércoles, 31 de marzo de 2021

Monumentos que pasan desapercibidos

En mi primera (y única, por ahora) visita a Roma no tuve tiempo para ver todas las cosas que me hubieran gustado ver, a pesar de haber estado una semana. Conforme voy leyendo sobre la historia de Roma voy descubriendo cosas para ver, fuera del circuito turístico.

Entre otras cosas, no presté atención a los obeliscos que hay en la ciudad. Parece ser que hay  13, aunque sólo 8 fueron traídos de Egipto por diferentes emperadores. Los demás son elementos fabricados en Roma por encargo.

Dado mi especial interés en todo lo relacionado con Roma, puede sorprender este post dedicado a un elemento “no romano”. Esto es debido a una información de la COPE que leí hace un par de años. (https://www.cope.es/actualidad/cultura/noticias/curiosa-historia-del-obelisco-plaza-vaticana-san-pedro-20190910_494113#:~:text=El%20obelisco%20fue%20recolocado%20el,por%20el%20Papa%20Sixto%20V&text=Tal%20d%C3%ADa%20como%20hoy%2C%20un,metros%20y%20medio%20de%20altura.

Se trata del obelisco situado en pleno centro de la Plaza San Pedro, en el Vaticano. La verdad es que después de una agotadora visita a los museos vaticanos y a San Pedro, no le presté atención.

Resulta que este obelisco fue traído a Roma por el emperador Calígula. El artículo informaba que el Papa Sixto V, en 1586, decidió trasladar dicho obelisco de su emplazamiento original, en Roma, hasta la plaza San Pedro, donde se puede ver en la actualidad. El Papa hizo el encargo al arquitecto Domenico Fontana. El traslado de la mole de 300 toneladas y algo más de 25 metros de largo tardó un año en realizarse. Para ello se necesitaron “900 hombres y 75 caballos, innumerables poleas y centenares de metros de cuerda”. Aparentemente aquello fue considerado una obra colosal.

Ahora viene lo que más me ha llamado la atención. Si nos trasladamos al año 40 d.C., cuando Calígula decidió traerse el obelisco a Roma (es decir ¡1546 años antes!), tenemos que imaginar lo que costaría transportar el obelisco, con los conocimientos y tecnología de aquella época. Según un artículo de National Geographic del 8 de noviembre de 2020 (https://historia.nationalgeographic.com.es/a/transporte-obeliscos-egipto-hasta-roma-y-mas-alla_15803), lo operación habría sido la siguiente:

“(…) se bajaba el monumento hasta un trineo especialmente diseñado, con ayuda de poleas y un armazón de madera para evitar su rotura. El siguiente paso era la excavación de una trinchera al lado del Nilo, en la que se construía la barcaza de transporte. (…) Llegada la crecida del Nilo, la trinchera se convertía en un canal, con lo que la barcaza flotaba, y se remolcaba río abajo hasta Alejandría mediante pequeñas embarcaciones. Ya en la costa el obelisco era trasladado a una nave de transporte de mayor envergadura y calado. A su llegada a Ostia, el obelisco era reembarcado en una segunda barcaza fluvial, tirada por yuntas de bueyes Tíber arriba. Al llegar a Roma sería descargado y transportado hasta su lugar de destino mediante un trineo, para finalmente ser arrastrado por un conjunto de grúas sobre una rampa de tierra hasta descender su base al pequeño pozo donde encajaba.”

Debido a la envergadura del obelisco se tuvo que construir un barco especial para su transporte hasta Roma.

Si el desplazamiento del obelisco en la misma Roma, en 1586 ya fue un trabajo de un año. ¿Cómo sería en el año 40 d.C. llevar el obelisco desde Egipto, hasta Roma?

Es absolutamente asombroso.

Una particularidad de este obelisco es que es liso, es decir no tiene ninguna inscripción o jeroglófico. Según unas investigaciones, se ha comprobado que fue mandado construir en Heliópolis por Amenemhet II. Así pues este obelisco tendría más 4.000 años.

En mi próximo viaje a Roma, sin duda, será uno de los monumentos que iré a ver.

 

 

 



 

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