El “Cursus publicus” fue un sistema de correo oficial romano principalmente durante el Alto Imperio.
Inicialmente fue estrictamente de carácter militar como
un medio de mandar y recibir órdenes e información desde Roma a las distintas
legiones. Con la reorganización promovida por el emperador Augusto, el “Cursus
publicus” fue ampliado pasando también a la esfera civil.
La base de esta organización fue la extensa red viaria a
base de calzadas, así como de las distintas vías marítimas y fluviales.
Augusto modificó el sistema de entrega por relevos,
cambiándolo en un único mensajero que realizara el trayecto completo. De esta
manera además recibir el mensaje, podía interrogar al mensajero y así recabar
más información directa.
A lo largo de las vías existían establecimientos
(llamados “mansio” o casa de postas) cada 20km- Las ”mansio” proveían
comida y alojamiento (para los mensajeros o los viajeros) además de cuidados y
herrajes para los caballos. Los “mutatio” era un edificio donde además se
disponía de nuevas monturas. Existían también las “statio”: en este
sitio se proporcionaba caballos y, si fuera necesario, soldados para escoltar al
mensajero o los viajeros oficiales.
El mantenimiento de estos sitios corría a cargo del
municipio donde se ubicaba. Debían suministrar alimentos y caballos; también
eran responsables del mantenimiento del tramo de la calzada correspondiente.
Para poder utilizar los servicios del “Cursus publicus”
se debía tener un certificado o diploma emitido por el propio emperador, cónsul
o máxima autoridad regional. Con la reforma de los emperadores Diocleciano y
Constantino se dividió dicho servicio en “cursus velox” (servicio
urgente) y “cursus clabularis” (servicio mormal).
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, siguió en
funcionamiento el “Cursus publicus” en el Impero Bizantino hasta el
siglo VI.
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