Artículo de la Agencia EFE, publicada el periódico “EL PAÍS” el 6 de setiembre de 2023.
“Cuatro espadas de época romana
muy bien conservadas han sido halladas en una cueva remota en la zona del Mar
Muerto, anunció este miércoles la Autoridad
de Antigüedades de Israel (AAI). Se cree que las armas
pertenecieron a soldados romanos y después fueron arrebatadas por rebeldes
judíos hace casi dos milenios. “Fueron descubiertas en una pequeña cueva
escondida en un área de acantilados aislados e inaccesibles de la reserva natural
de Ein Guedi, en el desierto
de Judea”, concretó la AAI, que hoy las ha exhibido por primera vez
y califica el hallazgo de “excepcional”. El alijo de armas, de unos 1.900 años
de antigüedad, está “en excelente estado de conservación” y fue descubierto en
una grieta de la cueva por investigadores de la AAI.
En su momento,
probablemente “las espadas fueron escondidas por rebeldes del área, después de
que fueron arrebatadas al Ejército romano como botín”, un suceso que habría
podido ocurrir en torno a los tiempos de la revuelta de Bar Khoba (132-136
d.C.), cuando los judíos se rebelaron por enésima vez contra el Imperio romano, aunque esto es aún una suposición pendiente
de confirmar por los expertos.
Según la AAI,
las espadas fueron descubiertas “en una grieta casi inaccesible al nivel
superior de la cueva”, y “se encontraron tres de ellas con la hoja de hierro
dentro de sus vainas de madera”. “En la grieta también se encontraron tiras de
cuero y metal pertenecientes a las armas”, y entre ellas hay un arma con mango.
Las hojas metálicas de tres de las espadas tienen una longitud de entre 60 y 65
centímetros, y por su dimensión han sido identificadas como las espadas propias
que tenían los militares romanos.
Tras su
hallazgo, “las espadas fueron retiradas cuidadosamente de la roca y trasladadas
a los laboratorios climatizados de la AAI para su preservación y conservación”.
Tras ello, “un examen inicial del conjunto del alijo confirmó que se trataba de
espadas estándar empleadas por los soldados romanos establecidos en Judea en la
época romana”, dice el mismo organismo.
A su vez, el hecho de que estuvieran en lo
profundo de una grieta en una cueva “da a entender que las armas fueron tomadas
como botín de los soldados romanos o del campo de batalla, y los rebeldes de
Judea las escondieron deliberadamente para reutilizarlas”.
Ahora, según remarca Eitan Klein, uno
de los directores de la investigación, “el objetivo es intentar descubrir quién
era el propietario de las espadas, dónde, cuándo y quién las fabricó”, por lo
que queda pendiente determinar con detalle cuál fue “el acontecimiento
histórico que llevó al almacenamiento de estas armas”.
El clima seco del desierto de Judea,
situado entre el territorio palestino ocupado de Cisjordania e Israel, “permite
la preservación de artefactos que no sobreviven” en otras partes de la región,
y es “una cápsula del tiempo única”, destaca Eli Eskosido, director general de
la AAI. De hecho, fue también en cuevas de esta misma área donde se hallaron
los famosos Manuscritos
del Mar Muerto.”
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